lunes, 17 de mayo de 2010

“Cuauhtémoc contra el mito”



Según la historia occidental, el 12 de octubre de 1492 se encuentra un nuevo mundo, América, este encuentro entre españoles e “indios”, marca el comienzo de una yuxtaposición cultural, de los españoles a los “indios”, incluso podemos revisarlo en este termino, indio, lo cual se refiere a una persona natural de la India., Colon creyó entender un mundo, pero lo que hizo solo fue interpretarlo (1), así comenzamos a develar que la cultura latinoamericana nace como una violación (2) a la cultura precolombina por parte de una cultura hegemonizante, como resultado podemos ver hoy “vírgenes” latinas en cuadros, como parte de un sincretismo religioso o la aculturación de nativos que han llegado a ser mas occidentales que los mismos europeos. Como podemos ver el problema cultural en América no es la falta de identidad, sino la falta de una identidad propia, la transculturación que a sobre puesto elementos generando hibrides y reemplazados elementos que han generado intercambios simbólicos que sin duda han generado arte y una cultura hibrida y transcultural.


la obra “Cuauhtémoc contra el mito” perteneciente a David Alfaro Siqueiros, suscrito al movimiento llamado Muralismo el cual es un movimiento artístico de carácter indigenista, que surge tras la Revolución Mexicana de 1910 de acuerdo con un programa destinado a socializar el arte, y que rechaza la pintura tradicional de caballete, así como cualquier otra obra procedente de los círculos intelectuales. Propone la producción de obras monumentales para el pueblo (como lo hacían los aztecas) en las que se retrata la realidad mexicana, las luchas sociales y otros aspectos de su historia.


Recordemos que Alfaro Siqueiros fue un arduo soldado además de ser pintor, el participo en durante la Guerra Civil Española de 1936-1939, luchó como voluntario además Estuvo presente en Egipto en 1956, cuando Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez y en México, fue militante del Partido Comunista Mexicano hasta su muerte. Es por ello que en sus obras plasma de manera frontal su carácter crítico y su visión indigenista y libertaria del mundo.

El contexto de esta obra se establece en la revolución mexicana o “gran revolución” de 1910, empezó como una rebelión en contra de la dictadura de Porfirio Díaz que ya tenía más de treinta años en el poder. El movimiento fue liderado por el intelectual y teorista político Francisco I. Madero que con su lema "sufragio efectivo, no re-elección" cristalizó el descontento alrededor del país en contra del dictador Díaz. Esta fase terminó con el exilio de Díaz en París y el triunfo de Madero en las elecciones democráticas de 1911.

La segunda fase de la revolución comienza con el desacuerdo entre la antigua clase burguesa porfiriza y Madero. Con el apoyo de los Estados Unidos y su embajador en México Henry Lane Wilson, el presidente electo y el vicepresidente José María Pino Suárez son asesinados en 1913, y se impone el dictador Victoriano Huerta como líder del país. No obstante, debido a otros revolucionarios que lucharon contra la dictadura implantada, Huerta huye a los Estados Unidos en el 1914.

Después de esta dos fases, le revolución se convirtió en una revolución social con Emiliano Zapata (en el sur) y Pancho Villa (en el norte) luchando por causas sociales como una reforma agraria, justicia social, y educación. No obstante ambos revolucionarios tuvieron que hacer compromisos sociales con los revolucionarios liberal-constitucionalistas como Venustiano Carranza y Álvaro Obregón.

La tercera fase es la culminación de la revolución armada con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, reconocida por haber sido una constitución liberal social y la primera de su tipo en el mundo que aún rige al México de hoy. La Constitución garantizó reformas y derechos liberales (civiles y políticas) y sociales (reforma agraria y legislación laboral progresista).

El ideal de la revolución era crear una ciudadanía moderna con derechos y alfabetismo. La Constitución de 1917 fue, quizás, el logro más alto de la revolución. Esta revolución ha hecho que la historia socio-política de México sobresalga entre otras naciones como Brasil, Perú, Colombia, y Argentina donde no hubo revolución social.

Este escenario fue clave para David Alfaro Siqueiros, quien además de ser artista fue fiel revolucionario y declarado Comunista Mexicano. En la pintura, a la derecha y en primer plano, está Cuauhtémoc empuñando las armas oponiéndose a la destrucción de su civilización a manos de los conquistadores españoles, esto representa el movimiento indigenista que se levanta en aras de revolución, el año 1910, podemos darnos cuenta que Cuauhtémoc no porta un arma de fuego, sino una lanza con su punta de piedra labrada, esto quiere decir que no se utilizaron en su génesis medios exógenos para la defensa de la revolución, los españoles que son interpretados como centauros pueden significar la naturaleza exógena de los medios hegemonizantes de poder, es decir, que los que están en el poder no son nativos, sino extraños que yuxtaponen sus ideas con la fuerza, entre ellas, la religión y las armas de fuego (1) (arriba e izquierda). Podemos ver en el torso del centauro, una herida, que podría demostrar que no son Dioses sino seres iguales a los nativos indígenas (ya que según la mitología indígena, los Dioses no sangran), en ella Siqueiros trata de decirnos que aquellos que se ven poderosos eh inderrocables, son tan o mas débiles que el pueblo indígena, Debajo de las patas del caballo está la cabeza de un indígena decapitado y de frente aparece Quetzalcóatl como símbolo de desarrollo milenario del México prehispánico, podríamos interpretar que, al indígena caer bajo los españoles, miro cara a cara a sus raices, recordo quien era y cuan lejos llegó, por ello se reactiva una conciencia dormida, y el pueblo indígena mexicano se levanta en revolución. Al centro, Moctezuma II implora desconcertado a los dioses que le expliquen por que el supuesto regreso de Quetzalcóatl (en la figura de Cortez) implicó la caída de su imperio, apreciándose al fondo los templos incendiados, esto se puede interpretar que cada día el indígena se pregunto porque aquellos que prometieron progreso y trabajo, trajeron dolor y esclavitud


Recordemos que Alfaro Siqueiros fue un arduo soldado además de ser pintor, el participo en durante la Guerra Civil Española de 1936-1939, luchó como voluntario además Estuvo presente en Egipto en 1956, cuando Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez y en México, fue militante del Partido Comunista Mexicano hasta su muerte. Es por ello que en sus obras plasma de manera frontal su carácter crítico y su visión indigenista y libertaria del mundo.

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